El peso mexicano ha enfrentado una depreciación continua, cerrando en 20.14 unidades por dólar tras cuatro jornadas de pérdidas. Este movimiento se debe a la cautela de los inversionistas ante las próximas elecciones presidenciales en EE.UU. y la reciente publicación de sólidos datos laborales en ese país.
A pesar de un mejor desempeño del PIB mexicano en el tercer trimestre, que podría facilitar recortes de tasas por parte del Banxico, el peso se debilitó, llegando a un punto crítico de 20.2290 por dólar, el nivel más bajo desde septiembre de 2022. La situación refleja la influencia de factores externos, como el buen desempeño económico estadounidense, que genera un ambiente de incertidumbre en el mercado.