Sabina y México: una noche de amor y despedida

Joaquín Sabina conquistó el corazón de 10,000 mexicanos en el inicio de su gira de despedida, «Hola y adiós», un concierto íntimo y emotivo que quedará grabado en la memoria de todos los asistentes.

Desde el momento en que se apagaron las luces y Sabina apareció en el escenario con su elegante traje azul, su playera negra y su inseparable bombín blanco, el ambiente se llenó de una magia especial. Con «Dónde habita el olvido», el concierto inició un viaje a través de las emociones y recuerdos que han marcado la carrera del cantautor español.

«Mi primera gira americana hace un montón de años empezó aquí y nunca me arrepentí de haber empezado aquí y de seguir empezando hasta esta que es la última», confesó Sabina con un nudo en la garganta. «Por ese motivo hay un poquito de nervios, pero también de emoción».

A pesar de que el paso del tiempo se notaba en su voz, ahora más ronca, y en sus movimientos, ahora más lentos, la energía de Sabina seguía intacta. El público lo recibió con el mismo cariño de siempre, coreando sus canciones con pasión y celebrando cada una de sus ocurrencias. Un Sabina evidentemente emocionado mostró su amor por México al interrogar: ¿Sabéis que sois el mejor público del mundo?

Hubo momentos para la nostalgia, como cuando interpretó «Lágrimas de mármol» y «Lo niego todo», dos poemas cantados que reflexionan sobre el paso del tiempo. También hubo momentos para la celebración, como cuando sonaron «19 días y 500 noches» y «Más de cien mentiras», canciones que hicieron vibrar a todo el Auditorio Nacional.

Sabina no se olvidó de su amor por México y dedicó varios mensajes llenos de cariño al país que lo ha acogido con tanto cariño a lo largo de los años. También tuvo palabras especiales para sus amigos mexicanos, como la novelista Ángeles Mastretta, a quien le dedicó «Calle melancolía» con la escritora visiblemente emocionada en primera fila.

Uno de los momentos más emotivos de la noche fue cuando Sabina regaló uno de sus sonetos al público. «Este soneto va para todos ustedes, que me han dado tanto cariño a lo largo de los años», dijo el cantautor antes de recitar unos versos que conmovieron a todos los presentes.

El concierto llegó a su fin con dos clásicos que el público cantó a todo pulmón: «Contigo» y «Princesa». La emoción era palpable en el ambiente, la alegría de haber presenciado un concierto histórico se mezclaba con la nostalgia de saber que esta gira es la despedida de Sabina de los escenarios.